sábado, febrero 16, 2008

Vindicación de la corraleja


Me gusta verte así, semiderruida, vulnerada hasta la muerte. Es mi consuelo después de siete días de soportarte. Y es lo menos que tu lascivia se merece, porque pasas por encima de cualquier sensatez, porque obligas a venerarte, porque engañas al mundo con tu disfraz de cultura, diversión y tradición cuando no eres más que una vil degradante de todo aquello que nos hace humanos; porque exacerbas el morbo, porque impones tácitas reglas de violencia [si no hay muertos la decepción se esparce por doquier]; porque no te sacias fácilmente, obligas a sofocar las economías [las casas de empeño te idolatran, perra], porque sumerges a la masa en los charcos más básicos de la ignorancia, y al marcharte sólo dejas un triste espectáculo de humo y escorias.

¿Y ahora qué? ¿Qué despojos sobreviven? La espera por el próximo año, de seguro vendrás con más ímpetu, con nuevos artificios y volverás a generar tu propio alimento, pues todo lo que muere en ti se recicla, se prepara y se engulle de regreso, porque el ciclo de la podredumbre jamás se detiene, es ineludible.

Y mientras, el rezago persevera… pero qué hijueputa, cada pueblo merece su propia miserable suerte.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eventos que siempre dejaran afectados a muchos y enriquecidos a unos pocos.

Un abrazo cálido!

KatiaD dijo...

Amigo pero esto debe coger prensa.. pa que reaccionen... tienes toda la razón. Saludos al Pequeño.

Los Toros Dan y Quitan dijo...

Hay corraleja mía, cuan pronto acabas. Que de pocos sueños de valientes te llevaste esta vez en tus barros de gloria.Ya sin ti,la vida ordinaria que llevamos nos regresa al infierno del tedio, de la expoliación y del oprobio.